La propiedad intelectual se relaciona con las creaciones de la mente: invenciones, obras literarias y artísticas, así como símbolos, nombres e imágenes utilizados en el comercio. La propiedad intelectual se divide en dos categorías:
La propiedad industrial, que abarca las patentes de invención, las marcas, los diseños industriales y las indicaciones geográficas.
El derecho de autor enmarca todo lo que tenga que ver con obras literarias (por ejemplo, las novelas, los poemas y las obras de teatro), las películas, la música, las obras artísticas (por ejemplo, dibujos, pinturas, fotografías y esculturas) y los diseños arquitectónicos. Los derechos conexos al derecho de autor son los derechos de los artistas intérpretes y ejecutantes sobre sus interpretaciones o ejecuciones, los de los productores de fonogramas sobre sus grabaciones y los de los organismos de radiodifusión respecto de sus programas de radio y televisión.
Así mismo, tiene correlación con el desarrollo de software de cualquier tipo.
Por último, existen otras maneras de proteger la propiedad intelectual, como son los contratos de licencia para marcas y derechos de autor, o bien el esquema de franquicias para comercializar una idea o concepto.
Las invenciones se protegen mediante patentes y modelos de utilidad, entre otros, mientras que los símbolos comerciales son protegidos a través de marcas (logotipos) o avisos comerciales (slogans).
Adicional a lo anterior, las obras literarias y artísticas como libros, pinturas o canciones pueden protegerse con derechos de autor o derechos conexos (para el caso de intérpretes o ejecutantes).